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Cómo la planificación estratégica ayuda a la acreditación

Un estrategia de planificación bien preparada puede ser la clave para la acreditación de su universidad, porque le entregará las herramientas, variables y la visión de liderazgo que se necesita para mostrar la evidencia que prueba que una institución de educación superior realmente logra sus metas, que han sido definidas en su Misión y Visión, usando el camino, los procesos y principios que la misma organización defiende.

Al respecto, la presidente del (US) Consejo para la Acreditación en Educación Superior (CHEA), Judith Eaton, sostiene que “la acreditación ha sido una aventura muy exitosa, es parte de un esquema de calidad que también ha servido a la educación superior. Colleges y universidades en Estados Unidos han reconocido a nivel internacional que han logrado un extraordinario nivel de acceso a la calidad en enseñanza e investigación”.

“La acreditación – agrega Eaton – ha sido parte de la preservación de la diversidad en las instituciones de educación superior y los muchos tipos de experiencias educacionales disponibles para los estudiantes. También ha jugado un rol en el mantenimiento de la sana competencia entre los colleges y universidades. La acreditación en los Estados Unidos es uno de los más poderosos ejemplos de éxito de supervisión no gubernamental de una gran institución en cualquier sociedad”.

Según uno de nuestros blogs anteriores, los desafíos más comunes que enfrentan las universidades son:

  • Costos
  • Integrar a toda la institución
  • Integrar una cultura de la autorregulación y autoevaluación
  • Autonomía institucional

En este contexto, ha habido una larga y extensa discusión acerca de cómo un sistema educacional (ya sea primario, secundario o universitario) puede ser medido para saber si realmente funciona o no. Claramente, las mediciones deben estar especialmente diseñadas para entender cómo funciona la educación y luego identificar las métricas y KPI correctos. Solo a través de esta vía una universidad puede definir el rumbo hacia la excelencia. Usando un sistema de medición importado de otra área crucial para el desarrollo de un país (retail, commodities o SaaS) fácilmente podría fallar, principalmente porque las metas finales serían completamente diferentes.

En algunos casos, las universidades han implementado planificaciones y procesos de mediciones que cumplen cuidadosamente, pero nada mejora porque han elegido las métricas incorrectas o irrelevantes, aquellas que no traen consigo ninguna mejora para la institución y solo funcionarán para entregar un reporte anual de cumplimiento de la acreditación, por el momento.

Entonces, todos estos diferentes enfoques llevan al mismo fin: la planificación estratégica como clave para una exitosa acreditación ¿Cómo pueden trabajar juntos estos dos elementos? Demos un vistazo:

Elementos claves de la planificación estratégica

Según la Sociedad para la Planificación en Colleges y Universidades (SCUP), de Estados Unidos, la planificación en una institución de educación superior es un proceso continuo que básicamente apunta a lograr una cultura de compromiso total dentro de la organización, que la llevará hacia la excelencia.

“Un proceso bien diseñado e implementado de planificación estratégica puede proveer a una institución amplias conversaciones acerca de importantes decisiones. Además, el proceso puede ser organizado para facilitar las mediciones, asignación de recursos y acreditación, y ser también una fuente de información acerca del progreso y los logros con un verdadero significado para quienes están vinculados a la institución”, explica la profesora Karen E. Hinton en la Guía Práctica de Planificación Estratégica en Educación Superior de SCUP.

En este completo documento – preparado por esta sociedad, fundada hace 50 años y formada por líderes educacionales de América del Norte – se presentan cinco componentes esenciales de una planificación:

1. Declaración de la misión. “Esta declaración delinea, en un lenguaje conciso, por qué la institución existe y cuál es el objetivo que sus operaciones buscan alcanzar”.

2. Valores. “Estos explican lo que la institución sostiene o defiende y la forma en la que pretende conducir sus actividades. En algunos casos, estos valores son tan importantes que la organización tiene programas y mediciones para apoyar y mantenerlos como elementos claves de la gestión”.

3. Visión. “Es una descripción clara de la institución respecto de en qué quiere convertirse en un período de tiempo determinado. La declaración de la visión define la posición estratégica de la organización en el futuro y los elementos específicos de esa posición en relación a la declaración de la misión”.

4. Metas y Objetivos. “Hay mucha confusión respecto de estos términos utilizados para denominar partes de una plan estratégico. Muchas personas usan la palabra ‘meta’ y ‘objetico’ principalmente como conceptos intercambiables (…). Sin embargo, la meta y el objetivo tienen connotaciones que pueden ayudar a guiar su uso en el proceso. La meta implica un logro específico, un objetivo cumplido y ‘checkeado’. En tanto, la palabra objetiva es ligeramente más general en su connotación. Un objetivo ayuda a fijar el curso a través de una directriz general, pero un objetivo no contiene comúnmente especificaciones como parte de su definición”.

5. Plan de implementación. “Convertir las metas y objetivos en un plan de trabajo es la función del plan de implementación. Esta parte del proceso de planificación estratégica generalmente no es de uso público y pocas veces está disponible para el directorio de la entidad”.

Criterios de acreditación

Veamos ahora los criterios de acreditación y sus componentes esenciales, según la Higher Learning Commision, de los Estados Unidos. Verificaremos que hay muchas similitudes y conexiones entre éstos y los elementos de la planificación estratégica:

1. Misión. “La misión de una institución debe ser ampliamente entendida dentro del organismo y además ser capaz de guiar sus operaciones, y públicamente articulada. La institución debe entender la relación entre su misión y la diversidad social y demostrar su compromiso con el bien público”.

Par entenderla (y compartirla) entre todos los miembros de la organización, la misión debe ser claramente expresada y comunicada, así como ocurre con se explica en el primer elemento de la planificación estratégica. En otras palabras, para lograrla las universidades debieran primero implementar este elemento de planificación.

2. Integridad: Ética y conducta responsable. “La institución opera con integridad en sus áreas financiera, académica, recursos humanos y funciones auxiliares. Establece y sigue políticas y procesos para el comportamiento justo y ético de parte de su gobierno corporativo, administración, facultad y equipo humano”.

Este criterio se vincula absolutamente con el elemento de valores de la planificación estratégica, porque ambos están basados en lo que una institución de educación superior defiende y cómo será su actitud. Así como el criterio número 1, para alcanzar esto en un proceso de acreditación, una organización debiera definir claramente sus valores como la piedra angular de su planificación estratégica.

3. Enseñanza y aprendizaje: Calidad, Recursos y Apoyo. “Los programas de estudios de las universidades son apropiados para la educación superior. La institución demuestra que el ejercicio de la investigación intelectual, así como la adquisición, aplicación e integración de la enseñanza amplia son integrales para dicho sistema educacional. Además, la institución tiene la facultad y el equipo necesario para ofrecer programas de estudios efectivos y de alta calidad, así como servicios estudiantiles. La institución provee apoyo para el aprendizaje de los estudiantes y la enseñanza efectiva. También, cumple con la demanda por un ambiente educacional más valioso”.

Para desarrollar y cumplir los objetivos en esta área del proceso de acreditación, una universidad debería primero aclarar cuál es su visión, esto es, cuál es su posición actual y a partir de ello establecer adónde quieren llegar, el camino que la institución seguirá para cumplirlos”.

4. ”Enseñanza y Aprendizaje: Evaluación y Mejora. “La institución demuestra responsabilidad por la calidad de sus programas institucionales, ambientes de aprendizaje y servicios de apoyo, y evalúan su efectividad en el aprendizaje del estudiante a través de un proceso diseñado para promover la mejora continua”.

Esta mejora continua es la fuerza que impulsa a la organización a lo largo del camino. Una vez más, una meta de acreditación necesita de un elemento de planificación estratégica para ser marcado como ‘objetivo logrado’.

5. Recursos, Planificación y Efectividad Institucional. “Los recursos, estructuras y procesos son suficientes para cumplir con su misión, mejorar la calidad de su oferta académica y responder a las oportunidades y desafíos futuros”.

Así como ocurre con otros criterios de acreditación, éste tiene un fuerte vínculo con elementos de planificación estratégica, como la visión, y también con las metas y objetivos y el plan de implementación, porque todos estos elementos necesitan transformar los valores y principios en una experiencia de aprendizaje real, un proyecto educacional vivo.

Probablemente, podríamos hacer muchas otras conexiones entre criterios de acreditación y elementos de la planificación estratégica, porque estamos hablamos de procesos dinámicos que dependen principalmente de cómo las personas y las instituciones evolucionan.

De cualquier manera, está claro que existe un fuerte vínculo entre un proceso de acreditación y la planificación estratégica de una institución de educación superior. De hecho, una universidad podría asimilar la acreditación como un elemento constante de su planificación estratégica y asumirla como una verdadera cultura de mejora continua.

¿Qué tan importante ha sido la planificación estratégica en su universidad para el proceso de acreditación? Lo invitamos a compartir sus ideas y experiencias.

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